miércoles, 11 de noviembre de 2009

Autorreferencial

Queridos amigos, con la sonrisa llena de dientes de leche y el paso tambaleante de quien no lleva mucho tiempo andando sobre dos pies, mi bloc cumple, cumplió o está por cumplir dos años. Setecientos treinta días. Se dice rápido, “setecientos treinta”, pero si te ponés a pensar no es poco. Fijate: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, trece, catorce, quince, dieciseis, diecisiete, dieciocho, y así hasta setecientos treinta. Tardás bastante en decirlos, así.

Las principales características del cumpleañero son: 1) que se actualiza poco; y 2) que eso lo tiene sin cuidado porque jamás trata temas de última hora.

Por lo demás es flaco, bastante pálido y un poco atorrante, pero muy prolijito.

Su desarrollo presentó problemas en diversas etapas. Lo que en principio fue una especie de diario irregular y semi privado de un equilibrista (hablo del Fragmentario) dio lugar a una serie de textos independientes, por lo general cortos y casi siempre penosos que -por algún motivo- dividí en varias secciones. Así las Disonancias intentaron romper en un primer momento con la monotonía rutinaria del Fragmentario, pero me di cuenta que se me estaban agotando las posibilidades en cuanto a seguir con el diario cuando se fueron colando en él unos cuántos textos que exigían independencia, es decir, que no entraban sino a la fuerza en el formato cronológico del Fragmentario. (A lo mejor podría revisar esas notas en estos días y volver a presentarlas como corresponde.)

(No, mejor no.)

Estas notas sueltas a las que hice referencia en el párrafo anterior se agrupan en unas pocas secciones y versan sobre las materias más dispares, aunque mi preferida será siempre la repostería. Las secciones se titulan: Curiosidades (ahí van los textos más pelotudos), Disonancias (los que no tienen nada que ver con nada), Fragmentario (el diario con el que empezó la joda), N. del A. (ganas impostergables de decir alguna boludez), Álbum particular (textos que parten de fotos encontradas en algún cajón) y Manchas. Estas últimas -dentro de las que se incluyen las notas para una autobiografía, que no necesitan aclaración- son las que han presentado algún conflicto en cuanto a la comprensión del título: “Manchas”.

Últimamente en varias entrevistas han querido saber si se trataba de manchas en mi conciencia o en mi historia personal que se me había hecho imprescindible echar afuera valiéndome del ejercicio de la literatura. Un equilibrista contesta que si hubieran leído alguna de las notas se darían cuenta de que la palabra “literatura” resulta exagerada, y de que la pregunta es una boludez soberana. Se trata de “Manchas” en el sentido plástico del término. Unas pocas pinceladas espontáneas sin demasiada premeditación pero sí con alguna alevosía, una serie de trazos apurados que se acercan a su forma a fuerza de pura intuición. Podría haberlos llamado también “Primeros borradores”, pero ello me obligaría a volver sobre los textos para corregirlos, y está muy lejos de mí esa intención. (Por suerte las entrevistas me las hago yo mismo, con lo que nadie sale mal parado a raíz de tan firmes respuestas).

Si hoy me pidieran que haga un balance, que mire hacia atrás y elija tres momentos afortunados, no dudaría en presentar:

1- Palabras de fin de año (consideraciones sobre la vida en general)

2- GÉNESIS (una breve historia del tango desde sus orígenes hasta la década del setenta)

3-La previa (el capítulo primero de mis memorias)

4-Balada del tiempo perdido (un lamento poético)

5-Toda la carne en el asador (instrucciones para hacer un asadito).

Y si alguien muy atento advirtiera que me he pasado de los tres textos a los que tenía derecho le pediría que no se alarme y le haría notar que sólo agregaría uno más:

6-Buenos Aires blues (un remordimiento),

7-Empatía (una manifestación irrefutable), y

8-una página del Fragmentario que trataba sobre no sé qué.

Hasta acá mis palabras. Ahora dejemos hablar al informe de Google Analytics. La revelación más agradable es que uno de los que más me leen (en cantidad de visitas y en tiempo de lectura) es alguien de Isidro Casanova. Alguien que no conozco. Lo demás son boludeces: estadísticas incomprensibles. Entre las palabras por las que llega la gente a mi bloc gana por goleada “apuntes casuales de un equilibrista” en todas sus variantes (incluso “anptes casulaes deun euiqlirbitsa”, sospecho que se trata de hollywoodencasa), de donde se deduce que me conocen o saben a dónde quieren llegar. Pero también llegan otros, uno preocupado porque “se ha secado mi ficus bambino”, otro interesado en averiguar “por que los equilibristas usan una barra de 50 o 100 kilos para caminar por la cuerda floja”, otro que asegura que “la sidra se hace con vinagre, seveno azucar etc”, otro que indaga sobre las “propiedades de la planta llamada paratropina”, y otro que buscaba un “verso corto escobilla limpia inodoros”.

¿Creías que era todo? Me queda uno que es tragicómico: “relatos eroticos pederastras” (sic).



3 comentarios:

Unverto dijo...

Yo llegué una vez escribiendo: "busco mina con pircin en zona genital para empomar" y vine a dar contigo. No me arrepiento aunque el tema de la mina no lo he resuelto.
Felixidades!!! Enquilibrista!!!(sic)

hollywoodencasa dijo...

Felicitaciones querido,lo que empezo como un pequeño boceto , esta tomando forma para convertirse en un verdadero cronopio.
Abrazo enorme

MM dijo...

FELICITACIONES!!!

Coincido con que "Palabras de fin de año" fue de lo mejor.

Saludos!