martes, 27 de noviembre de 2007

Anotaciones de Octubre


Un martes, 0ctubre de 2007.




Nocturno A mi Barrio

“Alguien dijo una vez que yo me fuí de mi barrio...
¿Cuándo? Pero ¿cuándo me fuí? Si siempre estoy llegando
y si una vez me olvidé,
las estrellas de la esquina de la casa de mi vieja,
titilando como si fueran manos amigas,
me gritaron ¡Gordo! ¡Gordo!
¿Adónde vas? Quedate acá.”

Nací en Buenos Aires, capital del país más lindo del mundo, para ver el mundial de fútbol.
Los primeros años los pasé por San Cristóbal.

La plaza quedaba bastante lejos pero íbamos seguido, pobre vieja. Hay fotos que lo documentan.

De aquella época tengo muy pocos recuerdos, y eso que aún no bebía.

Después nos fuimos al barrio, pero dejá que te cuente:

Marcelo tenía verdulería en frente de casa. Al lado estaba el francés con su taller mecánico. En la esquina de la pizzería, hubo en una época un trabuco que vendía helados en invierno y galletitas en verano, al revés que todo el mundo. Si cruzabas la esquina en diagonal -cosa que nunca conviene, ya que resulta bastante peligroso- te dabas de frente con el kiosko y librería escolar, esas librerías que podrían llamarse de cualquier otra manera, ya que venden de todo menos libros. Antes de llegar a la esquina de Serrano, viniendo de Juan B. Justo por Cabrera, abrió durante uno o dos años la heladería Tucán, una de las primeras cadenas que se aventuró en el barrio, antes incluso que Chichilo (en la placita, donde hoy está Brujas, aunque creo que duró menos de un mes) o que Coto. Los bares estaban más bien sobre la plaza, que -dicho sea de paso- se llamaba Racedo (El Taller, la Cantina la Placita -que se la llevó el progreso-, el Crónico...) aunque también había dos muy parecidos en las esquinas de Thames y Cabrera y en la de Cabrera y Gurruchaga. Eran los típicos bares donde se reunen los viejos a jugar a las cartas o al dominó, o -simplemente- a desayunar ginebras. Sobre el estaño balanceábanse los embutidos. También hubo una jugetería, durante varios años, justo en frente de casa, donde hoy están los Tres Corazones Chinos. Una juguetería a todo culo. Qué lindo: todos los días a la vuelta del colegio cruzábamos un rato a ver los pleimóbiles. Durante aquellos años, en Palermo viejo nadie hablaba de Holywood ni del Soho, eran lugares remotísimos que no despertaban ningún interés. El barrio que yo recuerdo estaba lleno de malandrines, pero era un barrio lindísimo. No había tantos restaurantes ni estaban tan bien puestos, tenés razón; pero en los patios sonaban los malvones, coqueteaban las guitarras y florecían las pebetas. El barrio en el que crecimos tenía calles de adoquines y árboles gigantes, y una Feria del Trueque donde la guita no valía nada. Era uno de los últimos barrios de Buenos Aires donde uno aun podía sentarse en la vereda una noche de enero y ver el cielo ancho lucir sus Tres Marías y su Cruz del Sur. A finales de noviembre, cualquier tarde, el gallego sacaba a pasear a la murga y rompían las pelotas hasta abril. Sin parar. Y estaba Juan el de la calle Honduras, que parecía un pájaro mitológico cantando extrañas canciones. Y Yacumín, el carbuña de la esquina, que tenía las hornallas llenas de hollín, y que jugó siempre de jas izquierdo al lado mío, siempre, siempre. Tal vez pa estar más cerca de mi corazón. Estaba el kiosko del Pochi, que nos abastecía con birras y vinos hasta altas horas de la madruagada, porque las noches lo exigían. A veces aparecía el negro Galindez e incluso otros peores, pero era un barrio lindísimo. Aquello ha cambiado mucho, pero esa plaza Cortázar empezó a llenarse convocada por nuestras golas y nuestras guitarras, esa placita Serrano sabe bien que fuimos su historia irrepetible, sus promotores desinteresados, sus protagonistas. Por supuesto que no circulaba la guita que circula ahora, ya se sabe que la bohemia y la miseria siempre van de la mano, pero era un barrio lindísimo. No estaría tan prolijito, pero era mucho más nuestro. Más modesto, más auténtico. Era mucho más mío.

Alguien dijo una vez que yo me fui de mi barrio. En realidad, ya se sabe, siempre estoy llegando. Y si una vez me olvidé, la radio de la cocina de mi vieja, apretando como si fuera una mano amiga me dijo ¿Adónde vas? Quedate en Buenos Aires. Claro que los argumentos que me daba a continuación no eran lo bastante convincentes. Es decir, que todavía vendan la foto de Gardel no me pareció motivo suficiente. Ya lo cantaba por ahí hace cuarenta años un pibe flaco, de rulos: times they are changing. Por lo demás aquí estoy, un poco más lejos, un poco más viejo, pero siempre haciendo equilibrio.



Del miércoles.

Esta tarde llegó Vilches, mi mujer, trayéndome de regalo una caja descomunal. Nos conocemos desde la escuela primaria, de ahí que aún la siga llamado por su nombre de soltera. Faltó poco para que me pusiera a llorar de la alegría mientras desenvolvía el enorme paquete, emocionado y ansioso. Adentro había un televisor de plasma espectacular, de 42 pulgadas, con una imagen y un sonido incomparables. Alucinante.

Yo me desilusioné un poco: había creído que era un bandoneón.



Del viernes.

Debería plantearme con seriedad el hecho de abstenerme por completo del tabaco. ¿O mejor debería dejar de fumar?

Por la noche.

Empiezo a beber y fumo. ¿Debo dejar también la bebida? ¿Debo dejar la bebida antes que el cigarrillo? De otro modo ¿qué me matará antes?

Martes.

Picasso: un hijo de puta. Bethoveen: un chiflado insufrible. Van Gogh un loco de la guerra (casi mata a Gaugin). Piazzolla, un cretino; Lautrec: borracho y putañero. Goya: medio pajero, creo. ¿Lennon? Se enamoró de Yoko Ono. Gómez: ¿quién es?; Rodin… ¡volvió loco al propio Rilke! A lo mejor Rilke sería un ejemplo, no sé… habría que investigarlo mejor.

OBJETIVO Nº 1: Seré el primer genio cuya conducta haya sido intachable a lo largo de toda su vida.

Miércoles.

Me levanté sobre las 7:30 hs. El primer contacto con la realidad resultó frío. Mientras preparaba el café la radio confirmó mis percepciones: 6 cº en Barcelona.

Por la noche.

Tendré que hablar muy seriamente con mis vecinos, a ver qué está pasando con sus conexiones a Internet. Ya hace más de diez días que la mula está descargando una versión de El Libro en arameo antiguo y no termina de bajar. (Te encontrás cada cosa en la red)

Jueves.

Fracaso absoluto del OBJETIVO Nº 1: ya saltaron cuatro o cinco cositas. Plantearme un nuevo objetivo.

Viernes.

Qué lindo sería escribir, no sé, por ejemplo:

La noche compadre se ha ido a baraja
Y pinta la guía del sol en el cielo,
La luna es la bruja fulera que raja
Y el sol una rubia que se suelta el pelo.

El sol es la diana que trae la alegría,
La suave alegría de la vida nueva,
La pilcha caliente que se pone el día
Cuando sale triste de su oscura cueva.

El sol es el poncho del pobre que pasa
Mascando rebelde blasfemias y ruegos
Pues tiene una horrible tragedia en su casa:
Tragedia de días sin pan y sin fuego.

Nosotros gorriones del hampa gozamos
Tu amistad sincera en días de farra,
¡qué importa la guita si adentro llevamos
El alma armoniosa de veinte guitarras!

Nosotros cantamos con nuestra miseria
El himno a los libres del verso sonoro
Sin tenerle envidia al canto de histeria
Del pobre canario de la jaula de oro.

Nos queman las alas las luces del centro
Por eso el suburbio tranquilo buscamos
Y cuando una pena nos talla por dentro
Cantamos más tristes, pero igual cantamos.

La vida fulera tan mistonga y maula
Nos talló rebeldes como los gorriones
Que mueren de rabia dentro de la jaula
Y llenan las plazas de alegres canciones
.
Marchamos sin norte, sin rumbo marchamos
Sin que el desconsuelo nos clave sus garras
¿qué importa el camino si adentro llevamos
El alma armoniosa de veinte guitarras?

Qué lindo sería escribir algo así, y qué lindo además, que al tiempito, lo cantara Gardel. No sólo haberlo escrito sino además oírlo cantado del mejor modo posible. No nos ocurrirá nunca, por supuesto; pero es bueno saber que hacia el ‘26 hubo un tipo al que sí; uno que conoció la alegría insuperable de escribir algo hermoso y enseguida la alegría inigualable de oírlo cantado por el Zorzal. Se llamaba Eduardo Pereyra, creo que no lo conoce nadie. Y mejor. Total la fama es puro cuento.

Del sábado.

Estado vegetativo:

Las plantas evolucionan favorablemente, aunque la naturaleza se está comportando de un modo algo extraño en el balcón. El malvón que vino seco y sin esperanzas de vida ha dado cualquier cantidad de hojas peludas y empieza a florecer. Las hiedras crecen de a poco pero implacablemente. El jazmín del cabo se recupera con vehemencia de un mal creo que anímico (yo también abandonado me encontraba en el bulín). El ficus que traje hace unos meses como un palo sin gracia podado brutalmente por un gil, se ha convertido en la planta más grande y saludable del balcón. Si bien la azalea no está atravesando su mejor momento, una especie de rosa china a la que en casa llamamos Amores de Estudiante porque sus flores duran invariablemente un día se ha llenado de hojas y flores, y apunta alto. Los alcauciles estaban buenos, con aceite y vinagre. Una planta para mí veraniega, cuyas flores se abren cuando empieza a oscurecer (¿”Dama de noche”?), planta que cuando llegó parecía una acelga en mal estado, ha alcanzado lo que parece ser su máximo esplendor. También aquel arbustito -que yo juzgo del tiempo de los dinosaurios y los helechos- crece saludablemente. La menta está creciendo por tercera o cuarta vez en lo que va del año, tras haberse secado por completo antes dos o tres veces, respectivamente, lo que me hace sospechar que se trata de una planta que da varias cosechas anuales. Deberíamos aprovecharlas para infusiones y tal vez probar el fumo, a ver qué resulta.

En el interior destacan por tamaño e ímpetu el potus, la yuca y el lazo de amor. Por el color y la forma destaca Matisse, la que está con el potus en la estantería alta. Las violetas africanas están sacando cualquier cantidad de hojas nuevas, pero han dejado de dar flor. Hay una especie de palmerita que no anda bien, hace meses que la vengo siguiendo pero no logro comprender sus necesidades. El resto va tirando, para no aflojar.

OBSERVACIONES: El rabanito de la maceta grande se decidió por un aspecto de aloe vera, pero crece. Amores de Estudiante conserva últimamente sus flores durante dos y hasta tres jornadas. La Dama de Noche no cierra ya sus flores durante el día. La azalea amenaza una segunda floración anual. Las siemprevivas parecen estar echando raíces.

INTERROGANTES: ¿Será a raíz del efecto invernadero?

Del domingo

Hace tiempo que pienso una versión de Libertango bastante menos solemne que las acostumbradas. Habría que probar una secuencia de bajos que empezara cada compás de la estrofa con las siguientes notas: La/Si/Re/La/Do/Si/Re/Mi/etc. La letra, por supuesto, la de Arribúa.

Am Am
Antes yo era Gardel,/ ahora soy Leguisamo
E/B E/B
Antes yo era Gardel,/ ahora soy Leguisamo
Dm Dm
Antes yo era Gardel,/ ahora soy Leguisamo
Am Am
Antes yo era Gardel,/ ahora soy Leguisamo
C C
Antes yo era Gardel,/ ahora soy Leguisamo
B B
Antes yo era Gardel,/ ahora soy Leguisamo
Dm Dm
Antes yo era Gardel,/ ahora soy Leguisamo
E E
Antes yo era Gardel,/ ahora soy Leguisamo.



Pocos instrumentos, quizá sólo dos guitarras y cantor. El resultado deberían poder tocarlo dos pibes que se juntan a zapar en una pieza. El solo que lo tarareen: tararaaaaaiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii / tarararaaaaaaaaaaaaai / taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaai /tairarairaraaaaaaaaaa...

Es un reto que dejo para las generaciones futuras; yo ya tengo bastante con administrar mi sueldo miserable para llegar a fin de mes, y tratar de entender unas pinturas cubistas.